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Un balón gástrico es un globo blando, suave y duradero fabricado con caucho de silicona. Está diseñado para colocarse en el estómago con el fin de reducir su capacidad y ayudarle a sentirse lleno con menos comida.
Un médico introduce el globo desinflado a través de la boca hasta el estómago mediante un endoscopio (un tubo fino y flexible).
A continuación, el globo se llena con solución salina (agua salada) para ocupar espacio en el estómago, dejando menos espacio para grandes cantidades de comida y bebida. La idea es ayudarle a sentirse lleno más rápidamente después de comer comidas más pequeñas, y mantener esa sensación de saciedad durante más tiempo para que tenga menos hambre entre comidas.
Por su diseño, el balón gástrico sólo debe permanecer en el estómago del paciente durante seis meses antes de ser retirado. Pero si antes surgen circunstancias especiales, puede eliminarse en cualquier momento.
La mayoría de los pacientes experimentan una pérdida de peso significativa a los tres meses de la inserción del balón gástrico. A los seis meses, los pacientes suelen haber perdido entre 9 y 15 kilos, dependiendo de su peso inicial. Después de retirar el balón, los pacientes pueden seguir perdiendo peso manteniendo su dieta hipocalórica saludable y sus rutinas de ejercicio.
Se seda al paciente y un tubo fino transporta el globo de silicona al interior a través de la garganta hasta el estómago. A continuación, el cirujano guía un endoscopio a través de la garganta, un pequeño tubo con una cámara, para observar el globo de silicona mientras se infla con suero salino. Cuando el globo está inflado y sellado, se retiran los tubos y se da por finalizada la intervención. Suele durar 30 minutos de principio a fin, y los pacientes se van a casa el mismo día. El globo se deja dentro durante seis meses. Posteriormente, el balón se retira con un endoscopio.
